C-404

Súper Raro Microscopio Solar Antiguo. 1820-1850

Maravilloso y rarísimo microscopio solar de mediados del siglo XIX. Con su estuche de caoba y funcionando a la perfección.

Vendido

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Este fantástico aparato es un raro microscopio solar, fabricado entre los años 1820 y 1850 y en muy buen estado de conservación. El microscopio, una pieza excepcional digna de un museo de la ciencia, conserva todas sus piezas y componentes originales en excelentes condiciones. Se presenta en su estuche original de madera de caoba, también muy bien conservado. Fabricado en latón, la pátina que lo protege y recubre es muy antigua y aporta al metal un encanto realmente especial. El microscopio solar se acompaña de algunos accesorios para su uso: dos placas para colocar las muestras y poder proyectarlas, una live box (caja de vidrio para visualizar ejemplares vivos) y dos tornillos de regulación.

Este instrumento es de uso sencillo, muy similar a las linternas mágicas que hicieron furor entre los siglos XVIII y XX. El espejo de la parte trasera reflejaba la luz del sol y la dirigía hacia la lente. La placa con la muestra, situada ante el objetivo, recibía la luz y su silueta se proyectaba en la pared de una habitación oscura. Hoy día podemos manejar perfectamente este maravilloso microscopio con la ayuda de una simple linterna LED. El estuche de madera de caoba está en muy buen estado, y en su interior conserva las piezas que compartimentan el espacio para poder guardar el aparato y los accesorios en perfecto orden.

Fascinante y totalmente funcional, este rato microscopio solar antiguo despertará la admiración de los coleccionistas de instrumentos científicos curiosos con más de 100 años de historia.

Medidas: Ancho: 27 cm. Alto: 13 cm. Altura del Espejo: 19,5 cm.

Historia del Microscopio Solar

Los microscopios solares fueron inventados en el siglo XVIII. La idea parte de los instrumentos conocidos como cámaras oscuras o linternas mágicas, aparatos donde la luz permite proyectar imágenes impresas o plasmadas sobre placas transparentes (como en las actuales diapositivas) mediante la incidencia de la luz. En la época, los microscopios solares eran empleados en ferias y exposiciones, donde los curiosos adquirían billetes para admirar las proyecciones de insectos y organismos de tamaño diminutos, multiplicadas por decenas de veces su tamaño original. El nombre solar se debe a que, debido a la ausencia de luz eléctrica en la época, los microscopios utilizaban la luz del sol para proyectar las imágenes. Para poder verlas, el microscopio tenía que estar en una habitación oscura y la luz solar acceder desde el exterior. Con el tiempo estos aparatos fueron evolucionando, aunque el aporte del célebre científico Gabriel Fahrenheit fue el más interesante: incorporó al microscopio un espejo que captaba la luz y la dirigía hacia las muestras. Hoy día, estos aparatos se pueden usar con la ayuda de una sencilla linterna LED.

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