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Antigua Navaja Francesa Por Coutaret. 43 cm. Francia, Siglo XIX

Sencilla y antigua navaja firmada por Coutaret. Fabricada en el siglo XIX. En buenas condiciones.

330,00 €

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230,00 €impuestos inc.

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Antigua navaja francesa por Coutaret de 43 cm, Francia, siglo XIX

Esta impresionante y estilizada navaja francesa del siglo XIX, firmada por el fabricante COUTARET, es un auténtico testimonio del diseño utilitario de la época, con un equilibrio perfecto entre funcionalidad y estética. Con una longitud total de 43 cm abierta y 23 cm cerrada, esta pieza sobresale tanto por sus dimensiones como por la armonía de sus materiales.

La empuñadura, formada por placas de hueso o asta en un tono blanco marfilino, aporta una elegancia sobria y natural que ha resistido dignamente el paso de los años. Las cachas están sólidamente remachadas con pasadores de latón, un detalle clásico que asegura firmeza y durabilidad. El refuerzo metálico en el extremo inferior actúa como culata y lleva integrada una pequeña anilla del mismo metal, posiblemente destinada al paso de una correa o simplemente como remate decorativo. Cada segmento de latón entre las placas contribuye no solo a la estética sino a la robustez del mango.

La hoja, de gran tamaño y diseño tipo clip point o “punta recortada”, es todo un icono del estilo de las grandes navajas de combate o defensa civil del siglo XIX. Forjada en acero con pátina natural, denota el paso del tiempo sin perder su integridad. En una de sus caras aún se distingue claramente el sello “COUTARET” acompañado por el símbolo de un báculo, una marca francesa de difícil rastreo histórico, pero ampliamente reconocida por su distribución en España durante el siglo XIX. No eran infrecuentes las navajas de este tipo importadas de Francia que luego eran redistribuidas por casas españolas como Valero Jun., muy activa en la época.

A pesar de sus más de cien años, la pieza se encuentra en excelente estado de conservación. La hoja presenta señales de oxidación superficial y marcas de uso, las cuales, lejos de restar valor, reafirman su autenticidad y carácter. Las cachas, completas y sin fracturas, mantienen el diseño original y una presencia fuerte, propia de una herramienta de prestigio.

Este tipo de navajas eran utilizadas tanto en tareas cotidianas como en situaciones de defensa personal, por lo que su robustez era crucial. Hoy en día, son piezas muy valoradas entre coleccionistas por su tamaño poco habitual, su manufactura precisa y la calidad de sus materiales. Es ideal para quienes buscan una pieza con historia para sumar a una colección de cuchillería antigua, así como para quienes desean un objeto singular con gran potencial decorativo en ambientes rústicos o vintage.

Una pieza única, cargada de historia y presencia, lista para lucirse con orgullo en cualquier vitrina o colección.

Medidas: 43 cm abierta, 23 cm cerrada (16.93 in / 9.06 in).

Historia de Coutaret

La marca Coutaret, cuya firma aparece grabada en la hoja de esta navaja, pertenece a la tradición cuchillera francesa del siglo XIX, una época de notable expansión en la producción y exportación de navajas desde Francia hacia toda Europa, incluida España. Aunque los archivos históricos no recogen muchos datos específicos sobre este fabricante, se sabe que Coutaret formaba parte de un grupo de talleres localizados principalmente en Thiers, la ciudad que ha sido durante siglos el corazón de la cuchillería francesa. Las navajas marcadas con este nombre llegaron a nuestro país en grandes cantidades, frecuentemente en lotes que luego eran redistribuidos por marcas españolas.

Durante el siglo XIX, la demanda de cuchillería aumentó considerablemente debido al auge de las actividades rurales, la expansión de los ferrocarriles y la necesidad de herramientas personales prácticas y eficaces. Las navajas como esta, grandes y con hojas puntiagudas y resistentes, eran ideales tanto para labores del campo como para defensa personal. Además, los diseños franceses fueron muy apreciados por su equilibrio entre sobriedad y estilo, lo cual facilitó su aceptación y comercialización en países vecinos. Marcas como Coutaret eran reconocidas no solo por la calidad de sus hojas, sino por sus acabados funcionales, con remaches bien ejecutados y hojas con buenos tratamientos térmicos.

Muchas veces, estas navajas eran compradas por comerciantes españoles y reetiquetadas, siendo vendidas en tiendas de cuchillería tradicional bajo marcas nacionales. La firma Valero Jun., por ejemplo, fue una de las que frecuentemente adquiría piezas francesas y las comercializaba como propias. A día de hoy, los coleccionistas aprecian profundamente este tipo de piezas tanto por su calidad como por su rareza, ya que no existen registros sistemáticos de producción y cada ejemplar representa una parte viva de la historia de la cuchillería europea.

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