E-199
Hermoso reloj de bolsillo catalino francés en plata, circa 1840, con numeración romana y esfera blanca. Funciona perfectamente.
Hermoso reloj de bolsillo catalino francés en plata, circa 1840, con numeración romana y esfera blanca. Funciona perfectamente.
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Antiguo Reloj de Bolsillo Catalino Francés de Plata, Francia circa 1840
Este reloj de bolsillo catalino francés, fechado alrededor de 1840, es una pieza de museo que encarna la tradición relojera del siglo XIX con un equilibrio perfecto entre funcionalidad, estética y artesanía. Fabricado completamente en plata y contrastado con el punzón del cangrejo, símbolo oficial francés introducido en 1838 para certificar la plata de primera ley en objetos pequeños, esta pieza garantiza autenticidad y calidad en cada detalle. Su caja de 41 mm presenta un diseño sobrio, con líneas elegantes y discretos grabados en la tapa trasera, perfectamente conservados, lo que añade un valor ornamental sin sobrecargar el diseño.
La esfera esmaltada en blanco, con numeración romana negra y agujas estilo Breguet, es una expresión clara del gusto refinado de la época. Los números se leen con facilidad y ofrecen una sensación armónica en contraste con el fondo puro, resaltando la sobriedad clásica del reloj. Acompañado de su llave original de cuerda, este modelo mantiene intacta su mecánica catalina, basada en el sistema de cadena y caracol, que sigue funcionando con precisión tras casi dos siglos de existencia.
Este tipo de relojes fue comúnmente usado por caballeros de clase media y alta durante la primera mitad del siglo XIX, siendo valorados por su resistencia y fiabilidad. El sistema catalino aseguraba una distribución uniforme de la energía, lo que prolongaba la vida útil del mecanismo y ofrecía mayor precisión. La maquinaria, con su característica platina dorada y la decoración floral en el volante, demuestra la maestría del artesano que la fabricó. La tapa protectora interna en latón dorado también está bien conservada, mostrando mínimas marcas de uso que, lejos de restar, suman autenticidad a la pieza.
El estado general del reloj es excelente. La caja no presenta golpes visibles, solo algunas ligeras marcas propias del paso del tiempo, lo cual es normal en una pieza de esta antigüedad. La tapa se abre y cierra con firmeza, el cristal se encuentra limpio y sin rayas, y el sistema de cuerda responde correctamente. La marca de contraste francesa de la plata garantiza que este reloj fue producido bajo estándares oficiales, un detalle especialmente buscado por coleccionistas exigentes.
Estamos ante un reloj que no solo es bello, sino que representa una inversión sólida en antigüedades de calidad. Su estilo y conservación lo convierten en una pieza destacada dentro de cualquier colección especializada. Una joya mecánica que seguirá funcionando durante generaciones si se le da el mantenimiento adecuado. Es un artículo que resalta por su historia, diseño y excelente estado de preservación.
Una pieza así destacará como testimonio auténtico de la relojería del siglo XIX, perfecta para coleccionistas, estudiosos o como legado familiar.
Medidas: 4,1 cm (1.61 in).
Historia de los Relojes Catalinos Franceses
Durante el siglo XIX, especialmente entre 1820 y 1860, los relojes de bolsillo con mecanismo catalino vivieron su apogeo en Francia, un país que supo combinar precisión técnica con elegancia artística. El sistema catalino, también conocido como “fusee and chain”, se remonta al Renacimiento, pero fue perfeccionado durante los siglos XVIII y XIX, siendo considerado un símbolo de precisión mecánica antes del desarrollo de escapes más modernos. En Francia, talleres de renombre en ciudades como París, Besançon y Lyon produjeron estos relojes destinados a una clientela que valoraba tanto la funcionalidad como el estilo.
El punzón del cangrejo fue introducido por el Estado francés en 1838 como garantía oficial de plata de primera ley (950/1000) en objetos de tamaño pequeño como relojes, tabaqueras o joyas. Esta medida tuvo como objetivo reforzar la autenticidad de las piezas y combatir falsificaciones en una época en la que la plata era muy valorada. Gracias a esta marca, hoy podemos fechar con precisión muchas piezas y confirmar su origen.
A nivel técnico, los relojes catalinos requieren gran habilidad para su fabricación y mantenimiento, ya que su sistema de cadena es delicado y complejo. Por ello, muchas de estas piezas se conservaron con especial cuidado, y los ejemplares que han llegado a nuestros días en buen estado son altamente valorados en el mercado internacional.
La tradición francesa en relojería ha estado siempre asociada a un nivel de excelencia en la decoración y la manufactura. Así, incluso piezas funcionales como este reloj catalino eran elaboradas con mimo y elegancia, como demuestra la belleza de sus engranajes dorados y su esfera perfectamente equilibrada. Hoy en día, estos relojes son auténticas cápsulas del tiempo que nos permiten apreciar la evolución tecnológica y estética de la relojería europea.