E-279
Cáliz litúrgico y patena en plata maciza, con copa dorada y base trilobulada. Orfebrería andaluza de Granada, circa 1900. Pieza completa y funcional.
Cáliz litúrgico y patena en plata maciza, con copa dorada y base trilobulada. Orfebrería andaluza de Granada, circa 1900. Pieza completa y funcional.
Disponible el:
Antiguo Cáliz y Patena de Plata. Granada, España, circa 1900
Precioso cáliz español de finales del siglo XIX o inicios del XX, realizado en plata blanca acompañada de su correspondiente patena, ambos ejemplos magníficos de la tradición orfebre andaluza.
Sin contrastes visibles, pero garantizado como 100 % plata, este conjunto litúrgico ofrece el brillo, el peso y la nobleza propios de una pieza auténtica y sólida, digna de formar parte de cualquier colección de arte sacro o de ser reintroducida en el culto litúrgico.
El cáliz presenta una base trilobulada de generosas proporciones, adornada con franjas martilladas y bandas de fino repujado. La estructura se eleva mediante un astil de doble nudo, bulboso y ornamentado con semiesferas y columnas, una forma especialmente popular en la platería española de la época. El nodo inferior destaca por un delicado trabajo a buril con motivos religiosos, incluyendo cruces y arcos apuntados que evocan ventanas góticas. Un detalle particularmente significativo es la presencia de frutos tallados bajo la copa, que por su forma redondeada y corona floral podrían representar granadas, símbolo heráldico y religioso profundamente vinculado a la ciudad de Granada. Este elemento ofrece un sólido indicio para atribuir su procedencia a esta histórica ciudad andaluza.
Durante el siglo XIX, Granada y otras regiones andaluzas fueron centros importantes de producción de platería litúrgica, heredera de una tradición que combinaba influencias mudéjares y barrocas en un lenguaje ornamental propio. Muchas piezas de esta época, especialmente las destinadas a parroquias rurales o a encargos privados, se realizaban sin contrastes oficiales, pero mantenían una altísima calidad artesanal y pureza de material.
El cáliz alcanza una altura de 22,2 cm, con un diámetro de copa de 8,5 cm y una base de 15,5 cm. Su interior dorado conserva el baño de oro en excelente estado, como corresponde a las piezas destinadas a contener el vino consagrado, protegiéndolo así del contacto directo con el metal. Esta práctica, extendida desde siglos anteriores, no solo responde a razones prácticas, sino también a un profundo respeto por el Sacramento.
La patena, sencilla y funcional, mantiene la misma estética sobria y brillante del cáliz. Con 13,2 cm de diámetro, está elaborada en plata sólida, sin punzones visibles, pero con la misma garantía de autenticidad que el cáliz.
Ambas piezas se conservan en excelente estado estructural, sin golpes ni pérdidas, mostrando solo mínimas señales del uso litúrgico que no restan, sino que suman carácter e historia. Este conjunto, de líneas sobrias pero elegantes, es ideal para un sacerdote, un seminarista próximo a ordenarse, o una comunidad parroquial que desee recuperar piezas dignas para la celebración eucarística.
No dejes pasar la oportunidad de adquirir una obra de platería devocional con más de un siglo de historia, cargada de belleza, espiritualidad y tradición.
Medidas:
Cáliz: 22,2 x 15,5 x 8,5 cm (8,74 x 6,1 x 3,35 in) – Peso: 673 g
Patena: Ø 13,2 cm (5,2 in) – Peso: 112 g
Peso total: 785 g