E-278
Antiguo cáliz francés en plata dorada con medallones religiosos y patena grabada. París, 18191838. Buen estado de conservación.
Antiguo cáliz francés en plata dorada con medallones religiosos y patena grabada. París, 18191838. Buen estado de conservación.
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Antiguo cáliz francés barroco en plata dorada. París, Francia, 1819–1838
Precioso cáliz francés en plata dorada acompañado de una patena, ambos con una rica decoración religiosa y simbólica, características de la platería litúrgica del siglo XIX.
El cáliz presenta los contrastes oficiales de París, utilizados entre los años 1819 y 1838, visibles tanto en la base como en el borde de la copa. Estas marcas no solo permiten fechar la pieza con precisión, sino que también confirman su origen y la nobleza de los materiales empleados en su ejecución. Durante este periodo, Francia experimentó una importante recuperación religiosa y artística tras las convulsiones de la Revolución Francesa y el Imperio napoleónico. La Restauración borbónica y, posteriormente, la Monarquía de Julio impulsaron un renacer del culto católico y de las artes vinculadas al mismo. La orfebrería litúrgica retomó fuerza, y París volvió a convertirse en uno de los centros más importantes de producción de objetos religiosos en plata y oro. Los talleres parisinos, regulados por un estricto sistema de contrastes, producían cálices, custodias, copones y otros elementos litúrgicos con altísima calidad artística, fusionando el gusto neobarroco y neoclásico con influencias góticas.
La base del cáliz es amplia y firmemente asentada, adornada con tres medallones de forma ovalada que representan las Tres Virtudes Teologales. La Fe aparece con la cruz, la Esperanza con el ancla y la Caridad con dos niños, uno en brazos y otro a los pies, en una escena tierna y expresiva. Estos medallones están separados por elegantes motivos vegetales en relieve que incluyen racimos de uvas, haces de trigo y juncos, símbolos vinculados a la Eucaristía, al sacrificio y a la vida eterna. La base se completa con una decoración perimetral de acanaladuras verticales y flores en relieve, que aportan dinamismo visual y equilibrio al conjunto.
El nudo del cáliz, voluminoso y con forma de vaina vegetal, retoma el mismo lenguaje simbólico con relieves de espigas, uvas y juncos dentro de cartelas apuntadas, que repiten el motivo eucarístico y conectan visualmente las distintas partes del cáliz. La transición desde la base hasta la copa se da de forma armoniosa, en un diseño equilibrado que no interrumpe la riqueza decorativa en ningún punto.
La copa, por su parte, se eleva con sencillez desde el nudo y está completamente dorada en su interior, con un acabado brillante que refleja la luz de manera cálida. Exteriormente, tres medallones se disponen en posición equidistante, separados por los mismos motivos vegetales que recorren el resto de la pieza. El primer medallón representa a Cristo crucificado, pero no en el momento de la muerte sino ascendiendo con solemnidad hacia los cielos, en una escena de elevación espiritual. El segundo muestra a la Virgen María como la Inmaculada, de pie sobre la luna y aplastando con el talón la cabeza de la serpiente, una representación profundamente simbólica de la victoria sobre el mal. El tercer medallón representa la Sagrada Familia: María, José y el Niño Jesús, reunidos en una escena íntima y devocional, símbolo del amor, la unidad y la protección del hogar cristiano.
El cáliz se presenta en muy buen estado de conservación, con el dorado aún vibrante y los relieves bien definidos. No hay señales de restauraciones ni daños visibles. Las pequeñas marcas del tiempo son mínimas y no afectan la belleza ni el valor de la pieza. El cáliz, como elemento central del ajuar litúrgico, no solo servía su función sacramental sino que también era concebido como obra de arte, mostrando un equilibrio entre sencillez estructural y riqueza iconográfica, tal como se aprecia en este ejemplar. Muchas de estas piezas fueron encargadas como donaciones votivas, en agradecimiento por gracias recibidas o como ofrendas familiares, lo que a menudo añade un valor emocional y testimonial.
Se acompaña de una patena en plata, con una cara completamente dorada y la otra en plata blanca, en cuyo centro está grabado el monograma IHS con una cruz sobre la H y una llama que sale del corazón en la parte inferior, símbolo clásico del nombre de Jesús y del Sagrado Corazón. La patena presenta un par de contrastes, aunque se encuentran desgastados e ilegibles. También está en buen estado, con ligeras señales de uso pero sin abolladuras ni daños estructurales.
Este conjunto, típico de la tradición parisina del primer tercio del siglo XIX, reúne presencia, armonía, riqueza simbólica y representa una síntesis perfecta entre fe, historia y belleza. Hoy en día, piezas como esta son altamente buscadas por coleccionistas, sacerdotes, museos y apasionados del arte sacro, no solo por su valor material, sino también por el testimonio que representan de una época de renacimiento religioso y artístico.
No dejes pasar la oportunidad de adquirir este conjunto eucarístico de gran calidad y profundo valor espiritual y artístico.
Medidas:
Cáliz: 29,5 x 15,8 x 9 cm (11,61 x 6,22 x 3,54 in) – Peso: 496 g
Patena: Ø 15 cm (5,91 in) – Peso: 127 g
Peso total: 623 g